Aquel 20 de octubre de 2011 en que ETA anunció el cese definitivo, algunos colectivos –políticos, jueces, militares y tantos más– comenzaron a ser más libres. Muchos policías despertaron creyendo que se habían terminado para siempre esas zonas que jamás pisaban de paisano y el grito de «zipaio». Un insulto que el domingo se volvió a escuchar en la calle Cuchillería de Vitoria y que precedió a una agresión a un ertzaina.
– Lo de Vitoria es un señalamiento y una agresión que recuerda demasiado a tiempos pasados
– Sí, por desgracia nos retrotrae a esa época en que no podías ir a ciertos sitios y no decías a cierta gente cuál es tu profesión: ertzaina. Pensábamos que con los nuevos a veces están alejados de lo que aires políticos era algo que había necesitan los trabajadores. Ante quedado en el olvido para las las insolvencias, por ejemplo, al nuevas promociones. Y vemos con final era el agente el que pagaba preocupación todo esto. la rehabilitación.
– Es un hecho grave
– Es un delito de odio, es gravísimo. nuevas promociones algún curso Los insultos ya lo son y una o medida de seguridad? agresión física es algo que hay que – (Resopla) Jo, me niego un poco mirárselo mucho. A ese ertzaina a volver a aquello de defendernos, le hemos ofrecido nuestro gabinete a tener que excusarnos de alguna jurídico por si acaso el del manera. Hemos pasado muchos Departamento de Seguridad del años en que no hemos ido a muchas Gobierno vasco se queda corto. zonas, lavando la ropa puertas
– ¿Cree que eso puede pasar?
– Ha pasado históricamente. No que vivir las cosas con más normalidad. sería la primera ni la segunda vez. Nuestro empleo es tan En estos 38 años hemos tenido digno como el que más. Y es necesario penalistas en cartera y tenemos en una sociedad madura una buena asesoría jurídica porque como la que tenemos. los intereses de los políticos
– ¿Qué debe cambiar para que no se repitan estos hechos?
– Los que se tienen que poner a currar en esto son los políticos, los jueces y los fiscales. No queremos declaraciones de postureo, sino que se pongan a legislar y que toda aquella persona que tenga actitudes intolerantes tenga una respuesta de la sociedad de forma taxativa.
– ¿Aboga por responder con el Código Penal?
– Sí, sí, por supuesto. Cuando hay un insulto en sede judicial al juez, a los abogados o al fiscal la respuesta es contundente y muy clara. Y así debe serlo también cuando se nos insulta a nosotros, ertzainas, municipales u otros policías, que somos unos servidores públicos como ellos.
– ¿Salen baratas estas acciones?
– En la pandemia intentamos que la gente no saliera a la calle para defender los intereses de la sociedad. Luego hemos visto que todas esas multas se devolvieron. Ahora mismo parece que sale muy barato incumplir las leyes. Ha habido sentencias de compañeros a los que prácticamente se les dice que estas cosas van en el sueldo. No. A la gente que no respeta hay que darle una respuesta legal y política.
– El boicot a una ertzaina en Mutriku habla también de un aislamiento social muy conocido
– En ciertos pueblos se está coartando la libertad de la gente joven para ser lo que quiera, ertzaina o policía municipal. No se puede tolerar. Panaderos, albañiles, conductores sí, pero policías no. Cada uno tiene su profesión y es tan digna como las demás. Y cada uno, en su ocio, va donde quiere y nadie debe dar carnés para ir a ningún sitio. En este caso, la izquierda abertzale no es nadie para decir quién debe estar y quién no.
– ¿Le llama la atención que sea la Ertzaintza el primer colectivo al que se señala en este nuevo tiempo?
– Bueno, sabemos nuestra historia. Los detenidos tienen entre 21 y 25 años y no han vivido estas cosas, pero ha quedado grabada esa imagen en el acerbo popular. Muchos políticos fueron muy tibios a la hora de defender nuestros derechos. Estamos acostumbrados, no debería ser así, pero no nos sorprende.
– ¿Viene un verano caliente por esa lucha que ha empezado en las txosnas entre GKS y Ernai?
– Esperemos que no. También queremos que esta denuncia, que es nuestra obligación, no genere un efecto llamada. Ojalá que el verano caliente se quede en tres o cuatro conatos de unos irresponsables que no saben muy bien dónde se meten. Por eso es importante una contundente respuesta política y jurídica. Y que todo el mundo pueda disfrutar de las fiestas.
– A esas celebraciones han vuelto también los carteles y tributos a presos de ETA.
– En cuestiones políticas queremos entrar lo justo. Nuestra gran labor debe ser la defensa de los compañeros. A todos los políticos lo único que les pediríamos es que defiendan a su Policía.
«La izquierda abertzale no es nadie para decidir quién debe estar en unas fiestas y quién no»
«Esperemos que no sea un verano caliente. Ojalá sean conatos de unos irresponsables»