El Departamento de Seguridad del Gobierno vasco planea una movilización general de ertzainas de cara a las tres etapas del Tour que discurrirán por las carreteras de Euskadi entre el 1 y el 3 de julio, según ha podido saber EL CORREO. Se trata de una medida sin precedentes en la historia de la Policía vasca y que evidencia dos cosas.
Por un lado, la extraordinaria importancia que las instituciones autonómicas conceden a este evento deportivo, ya que los ojos de medio mundo estarán fijados en Euskadi durante la primera semana de julio. Y, por otro, la gran preocupación que existe en la cúpula de la consejería a que el conflicto abierto en la Ertzaintza en demanda de mejores condiciones laborales siga escalando de nivel y se produzca un boicot interno de los propios agentes que ponga en riesgo el minucioso operativo diseñado desde hace meses para garantizar la seguridad de la prueba ciclista –2.190 cruces de carretera deberán ser vigilados–.
La idea de movilizar al 100% de los ertzainas de Protección Ciudadana, la unidad a la que está adscrita más de la mitad del Cuerpo, fue tratada ayer durante una reunión de altos mandos de comisarías y de la unidad de Tráfico implicados en el evento, según explican a este diario fuentes conocedoras del encuentro. En una unidad formada por cerca de 3.850 personas –la Policía vasca cuenta en la actualidad con unos 7.600 componentes–, el planteamiento es hacer llamamientos forzosos a todos los agentes que no les toque trabajar esos días. A este colectivo habría que sumar también los 550 agentes adscritos al grupo de Tráfico. Los únicos que, en principio, se librarán de este llamamiento generalizado serán quienes ya tenían concedidas las vacaciones para esas fechas. Además, estaba previsto un apoyo importante de las unidades de Rescate, Brigada Móvil e Investigación, entre otras. Pero, según los mismos medios, no se descarta que, en función de las necesidades, la movilización general que se planea para los patrulleros de Protección Ciudadana pueda extenderse también a diferentes colectivos de la Ertzaintza. De hecho, otra de las ideas que se ha planteado es recurrir a los 500 aspirantes a ertzainas que se encuentran en plena formación en la academia de Arkaute.
La medida se produce a apenas tres semanas de que la ‘Grand Boucle’ salga de Bilbao y en un momento de máxima tensión en la Policía autonómica. Las alarmas en el Gobierno vasco se encendieron a raíz de una multitudinaria manifestación de agentes, convocada por la plataforma asindical ‘Ertzainas en lucha’, que reunió a unas 4.000 personas en el centro
de Bilbao bajo el lema ‘Sin convenio no hay Tour’.
Aquella marcha, que se produjo hace sólo un mes, provocó la unión de los sindicatos policiales en demanda de mejores condiciones laborales. Desde entonces se han registrado varias protestas –algunas organizadas por los sindicatos y otras por el movimiento asindical– que se han alimentado de declaraciones y acusaciones cruzadas y que «han provocado un auténtico incendio» en el seno de la Ertzaintza. Y, de fondo, la salida del Tour y la sospecha de que se pueda estar gestando un boicot de los propios agentes que les toca trabajar ese día camuflado en una cascada de bajas laborales.
Una prueba de fuego
Los llamamientos de refuerzo son obligatorios. Sólo se libran los que están en la semana previa a coger sus vacaciones. Se pagan entre 20 y 25 euros netos la hora. Además de reforzar el inédito dispositivo previsto, que ya incluía unos 1.700 agentes por día, la movilización general busca paliar, precisamente, las consecuencias de que se produzca una alud de bajas de última hora (citas médicas, trámites privados...). Por ejemplo, si el 1 de julio no pueden acudir a sus puestos 120 agentes por estar ‘indispuestos’, se podría recurrir a esta bolsa de llamamientos forzosos para garantizar la seguridad del dispositivo. De hecho, se puede dar la circunstancia de que muchos de los agentes movilizados no tengan que llegar a trabajar.
El propio vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, fue cuestionado esta semana por un posible boicot. El representante del Ejecutivo remarcó que la seguridad del Tour está «garantizada» porque ha sido diseñada con «calidad» por «grandes profesionales» y se remitió a las declaraciones de la propia plataforma de policías para afirmar que no cree que se produzca un intento de torpedear la celebración del evento.