El regreso a la mesa de negociación abre una ventana de esperanza a la resolución del conflicto tras mes y medio de enfrentamiento. En plenas conversaciones, la irrupción del movimiento asindical 'Ertzainas en lucha', que reunió a 4.000 personas en las calles de Bilbao, agitó el tablero y descolocó tanto al Departamento de Seguridad como a los propios sindicatos. Las movilizaciones se han sucedido desde entonces, sobre todo a las puertas del Parlamento vasco, en un ambiente cada vez más crispado por el intercambio de acusaciones, aunque también con llamadas a retomar el diálogo.
Ha sido este viernes en el pleno de control donde Urkullu, en ausencia del consejero Josu Erkoreka (presente en la Junta de Seguridad en Bilbao) y en presencia de los líderes sindicales en el palco de invitados, ha avanzado la convocatoria para la próxima semana. Una reunión aún sin fecha concreta en la que Seguridad «actualizará las propuestas de mejora de las condiciones laborales que ya había planteado» y con las que el Ejecutivo autonómico espera apaciguar los ánimos una semana antes de la salida del Tour de Francia, un evento que exige un extraordinario despliegue policial y que se ha colado en el conflicto.
«No es una actitud acorde»
En todo caso, pese a la llamada a retomar el diálogo, el lehendakari no ha abandonado el tono crítico que ya utilizó hace dos semanas, cuando advirtió a los ertzainas de que no se pueden «permitir el lujo de perder el respeto de la sociedad». Se refería, sobre todo, a las manifestaciones que han causado importantes dificultades en Bilbao y Vitoria. Este viernes lo ha vuelto a hacer: «Condicionar la vida de la ciudadanía, cortar la circulación del tranvía y generar atascos de forma deliberada no es una actitud acorde con la misión de la Ertzaintza. No hablamos de reivindicaciones, sino de principios».
Ante la reunión de la semana que viene, el mandatario nacionalista ha antepuesto que su Gabinete abordará la negociación bajo dos criterios: «Máxima responsabilidad institucional y principio de realismo». Así, ha dejado «la puerta abierta» a un acuerdo para actualizar las condiciones laborales de los ertzainas tras doce años sin renovar el acuerdo regulador. Sin embargo, ha advertido a sus interlocutores que el diálogo nunca puede basarse en el «chantaje», en una referencia velada a la campaña de boicot que se puede dar ante el operativo policial que exige la 'Grand Départ' del Tour de Francia entre el 1 y el 3 de julio.