La del domingo fue una madrugada de una inusitada violencia en Vitoria. Seis agentes de la Ertzaintza resultaron heridos en el transcurso de un enfrentamiento que protagonizaron cerca 200 jóvenes radicales de GKS –Gazte Koordinadora Socialista, el grupo crítico con la línea oficial de la izquierda abertzale– mientras okupaban una vivienda en el paseo de Los Arquillos, en pleno centro de la capital alavesa, uno de los puntos más vigilados de la ciudad: a escasos metros del Ayuntamiento, de la sede de la Policía Nacional y de la Subdelegación del Gobierno.
Los hechos tuvieron lugar pasada la medianoche del sábado al domingo y se prolongaron hasta las tres de la madrugada, según confirmaron a este periódico portavoces del Departamento vasco de Seguridad, horas después de una manifestación en favor del derecho a la emancipación. Fue entonces cuando unos cincuenta jóvenes asaltaron una vivienda del número 2 de Los Arquillos «que lleva más de 30 años vacía, desde que falleció su propietaria», indicaron vecinos de la zona, quienes añadieron que, durante este tiempo –y en ese mismo punto–, «ya se han registrado varios intentos de ocupación».
Durante toda la jornada y bajo una estrecha vigilancia policial que se prolongó hasta última hora de la mañana, los asaltantes permanecieron en el inmueble okupado –al cierre de esta edición todavía se encontraban en su interior–, donde colocaron una pancarta en la que se podía leer «Politikarien promesa faltsuen aurrean emantzipatzera» (‘Frente a las promesas falsas de los políticos, emancipación’).
Hasta esa zona, rodeada por establecimientos hosteleros y viviendas turísticas, se desplazaron efectivos tanto de la Ertzaintza como de la Policía Local que a medianoche trataron de disolver la concentración. En el momento en el que los agentes procedieron a identificar y a desalojar al grupo, sus integrantes –que superaban ya las 200 personas, según confirmaron fuentes de la Policía autonómica– arremetieron a golpes contra los agentes, causándoles contusiones y heridas de diversa consideración. Portavoces de GKS denunciaron por su parte el «acoso policial y la desmedida reacción» que, según su versión de los hechos, sufrieron durante las cargas.
Ruedas pinchadas
Entre otras lesiones, los efectivos presentaban la rotura de un dedo, una brecha en la cabeza al fracturarse el casco antidisturbios, contusiones y lesiones que precisaron de asistencia médica. Uno de los radicales fue arrestado acusado de un delito de atentado a agente de la autoridad. Medios policiales calificaron la movilización de «muy violenta», pues los agentes fueron recibidos «con patadas, golpes, lanzamiento de objetos contundentes...». Como balance, seis ertzainas resultaron heridos y cinco de ellos acabaron de baja, subrayó el Departamento de Seguridad.
Además, dos vehículos de la Ertzaintza resultaron dañados durante los graves incidentes, concretamente con las ruedas pinchadas, apuntaron las mismas fuentes. El arrestado, del que no se han aportado más datos, fue conducido a dependencias policiales. En paralelo, se abrió una investigación «para identificar a los autores de las agresiones y ponerlos a disposición judicial», indicó el Departamento de Seguridad en una nota.
Los graves altercados se produjeron en un clima electoral, con las autonómicas a la vuelta de la esquina y en un ambiente de pugna entre la izquierda abertzale clásica y sus disidentes, agrupados alrededor del Movimiento Socialista. Precisamente estos últimos habían alentado en la tarde del sábado una ‘Movilización por la emancipación’ que recorrió las calles de Vitoria y a la que asistieron más de un centenar de jóvenes, también simpatizantes venidos de Bilbao, por lo que la Ertzaintza sospecha que existía cierta planificación.
No obstante, esa misma tarde portavoces de Seguridad afirmaron que la marcha se había desarrollado sin altercados reseñables, aunque aparecieron pintadas en varias sucursales bancarias del corazón de la capital alavesa. Más tarde, algunos grupos participantes elevaron el tono de las protestas hasta desembocar en la violenta okupación del inmueble.
Hay que recordar que la presencia de okupas no es nueva en ese punto de la capital alavesa. A finales de 2022, el Ayuntamiento inició un proceso para desalojar a okupas instalados en el número 10, un inmueble de tres plantas que llevaba ocupado de manera ilegal desde hacía varios años.
Erne reclama más formación, agentes y materiales
El sindicato ErNE reclama «mayor formación, personal y nuevos materiales» para hacer frente a los okupas tras los graves incidentes registrados en la medianoche del sábado al domingo en Vitoria, donde seis ertzainas resultaron heridos al intentar evitar la ocupación de una vivienda en el centro por parte de miembros de GKS, grupo disidente escindido de la izquierda abertzale. Según el secretario general de la agrupación, Sergio Gómez de Segura, «sería necesario rebasar la cifra de 8.000 efectivos en la Ertzaintza para garantizar la seguridad de los ciudadanos y de los propios agentes». Así pues, tanto la central mayoritaria como Esan y Sipe, que conforman la llamada unidad de acción sindical, vienen demandando desde hace tiempo que se dote a las patrullas de Seguridad Ciudadana de una herramienta como la táser, arma no letal, para poder reducir a personas violentas sin tener que usar medios más lesivos.