Los sindicatos mantienen su presión en la calle para exigir al Departamento de Seguridad un nuevo convenio tras 11 años de negociaciones.

CASI 1.300 POLICÍAS VASCOS APOYARON CON UN ESCRITO EN 1984 LA FUNDACIÓN DEL PRIMER SINDICATO POLICIAL EN LA ERTZAINTZA. 'ERTZAINEN NAZIONAL ELKARTASUNA' (ErNE) ROMPIÓ EL 21 DE NOVIEMBRE DE 1984 LOS MARCHITOS MOLDES QUE LASTRABAN LOS DERECHOS DE LOS POLICÍAS. CUARENTA AÑOS DESPUÉS, EL PRIMER SINDICATO POLICIAL VASCO MANTIENE SU LIDERAZGO EN LA ERTZAINTZA Y REDOBLA SU ACTIVIDAD EN LAS POLICÍAS LOCALES. SU SECRETARIO GENERAL SERGIO GÓMEZ DE SEGURA (VITORIA, 1974) ULTIMA LOS ÚLTIMOS PREPARATIVOS DEL ACTO QUE TENDRÁ LUGAR MAÑANA MARTES EN EL QUE ERNE VOLVERÁ A ECHAR LA VISTA ATRÁS PARA RENOVAR SU COMPROMISO CON LAS NUEVAS GENERACIONES DE POLICÍAS VASCOS QUE GARANTIZAN LA SEGURIDAD DE MILES DE CIUDADANOS EN LAS CALLES Y EN EL MUNDO VIRTUAL.

El sindicato ErNE prepara el acto de su 40 aniversario justo cuando vuelve a manifestarse en las calles, ¿por qué?

Es nuestro día a día. Es importante que la ciudadanía y el propio Departamento de Seguridad vea que estamos en la calle peleando por los derechos de los trabajadores. Ese ha sido nuestro leit motiv en los últimos 40 años.

Sin embargo, en los últimos meses se había producido un impasse en estas movilizaciones, ¿qué esperaban del Gobierno de Pradales?

Históricamente hemos sido siempre posibilistas. Somos el sindicato que ha pactado los grandes acuerdos en la Ertzaintza. Nuestra apuesta es la negociación, pero hemos decidido volver a salir a la calle para que se note que estamos ahí.

¿Por qué es tan complicado que los sindicatos de la Ertzaintza firmen un convenio con el Gobierno vasco cuando el último fue en 2011?

Nuestro convenio se firmó en el 2011 y finalizaba en 2013 y ha sido prorrogado hasta ahora. Pero el convenio de la Ertzaintza fue el último que se firmó en la administración vasca. Los 12 años de Urkullu no ha querido pactar con la parte social. Siempre hemos estado dispuestos y el Gobierno vasco no ha estado a la altura. Está claro que la delincuencia cambia y necesitamos más inversión.

Ese es su lema desde su nacimiento en 1984 cuando resumieron sus objetivos en "más agentes, más medios y más formación" pero ¿en qué se concreta ahora este planteamiento?

Queremos que nadie se quede atrás. No tenemos gente porque somos 7.200 agentes. Tenemos un problema brutal con el parque móvil y la formación es inexistente. El anterior lehendakari dijo que nos había dado 15.000 horas de formación en un año y con los 7.500 agentes que éramos el año pasado eso supone 2 horas de formación al año. Dos horas! Cuando hay cambios jurídicos, nuevas delincuencias. La formación es inexistente y los ertzainas se forman por su cuenta y riesgo. Desde ErNE damos formación porque hay una carencia brutal. Necesitamos superar los 8.000 agentes y llegar a los 8.500 porque cada vez tenemos más competencias. Las últimas las de los aeropuertos y los puertos. Además, necesitamos más gente en la calle. Creemos que debe haber una herramienta intermedia entre el bastón policial y el arma de fuego como el taser que tiene que llegar a todas las patrullas. Se tiene que apostar por una formación integral y que todos los ertzainas pasen durante un mes o quince días por la academia.

¿En qué se nota más esa falta de formación en la actividad habitual de la Ertzaintza?

Somos la única policía en Europa que no disparamos. No hay una prácticas de tiro anuales que sí tienen por ejemplo los vigilantes jurados. Si se requiere utilizar el arma de fuego no sabemos cómo va a reaccionar la gente. Pero como nos faltan 800 agentes tampoco hay posibilidades de formación. La carencia de efectivos penaliza el descanso y la conciliación. Todos sentimos que el Gobierno vasco no está a la altura del compromiso de los ertzainas con su trabajo.

En los últimos años se han jubilado centenares de ertzainas que posibilitaron la implantación de la Ertzaintza en todo el País Vasco, ¿cómo con los nuevos agentes de las últimas promociones?

Se ha perdido mucho talento y compromiso. Las primeras promociones tuvieron que asumir el nacimiento de la Ertzaina a la que luego se le cambió el nombre por Ertzaintza. Había gente muy comprometida por generar una policía vasca, euskaldun, independiente y democrática. Ahora atrae el ser funcionario y ya cuando los aspirantes están dentro aprenden a valorar este trabajo. Desde el primer día sabes que el que tienes al lado en el coche patrulla es el que va a velar por tu seguridad y tú hacer lo mismo con él. Esa simbiosis es muy importante. La convivencia es fundamental y nosotros reclamamos que se vuelva a dormir en la Academia.

El liderazgo sindical de ErNE en la Ertzaintza desde hace 40 años, ¿le ha resultado incómodo al PNV que casi siempre ha dirigido el Departamento de Seguridad?

Somos un sindicato incómodo para el PNV; nuestra seña de identidad es nuestra independencia pese a quien le pese. El PNV ha intentado influir en nosotros. ErNE surgió por la necesidad de defender a los trabajadores en la Policía y entonces era algo impensable. Vamos a dar un homenaje a Juan Alberto Belloch y a Joaquín Jiménez porque nos ayudaron a elaborar los estatutos ya que entonces no había nada parecido para los policías. Una de nuestras grandes luchas ha sido contra las libres designaciones porque tienen que estar vinculadas a la igualdad, al mérito y a la capacidad. El Departamento de Seguridad siempre ha querido favorecer a cierta gente. No entendemos el sindicalismo que calla cuando ve que un ertzaina progresa por apellidarse de una manera o por tener un amigo en un partido.

El haber sido el primer sindicato y al mantener ese respaldo mayoritario, ¿le ha provocado a ErNE un mayor desgaste? ¿Cómo se reinventa su sindicato para seguir siendo atractivo a los nuevos ertzainas?

Nuestro trabajo va de personas e intentamos transmitir a la gente que la lucha sindical está más viva que nunca. Aquí no hay nada que venga dado. Hemos peleado por los trajes ignífugos, por el buzo antidisturbios, los coches blindados... Estamos creciendo en Policía Local donde también se reproducía el que para estar dentro había que ser de un determinado partido.

¿En qué ha quedado la plataforma de agentes que se agruparon en la plataforma 'Ertzainas en Lucha'?

No sé si va a ser un souflé o que empezó muy fuerte. Forma parte de los populismos que estamos viendo día a día. Cuando nació podía ser muy positiva porque movilizaba a la gente para defender lo suyo. En la primera reunión que mantuvimos les dije que estaba encantado porque a nosotros nos cuesta mucho que gente joven se vincule con el sindicalismo. Defender las condiciones de trabajo de los ertzainas es sindicalismo, lo ha sido toda la vida. Pero ha derivado y se ha perdido. Nosotros estamos encantados con que haya gente implicada en los derechos de los trabajadores. El Departamento es quien no nos está dando lo que demandamos.

¿Cómo es la Ertzaintza del futuro por la que trabaja ErNE?

Nuestros políticos tienen que repensar la Ertzaintza. En la época del terrorismo de ETA yo recuerdo que se nos formó durante mes y medio en antidisturbios porque en la calle te encontrabas con algaradas y sabotajes. No se nos ha reciclado. Necesitamos una Ertzaintza mucho más potente en investigación, en nuevas tecnologías. Al Gobierno Vasco le cuesta invertir en la Policía. Fuimos los primeros funcionarios vascos, que nadie se lo olvide, e invertir en nosotros es hacerlo en toda la ciudadanía. Queremos volver a ser la policía profesional que era la envidia de toda Europa. Ahora es como esa casa estupenda que compraste hace 25 años pero no has hecho ni una sola reforma. Ahora hay que darle la vuelta entera porque la ciudadanía lo demanda.