El Gobierno vasco asegura que trabaja para que se cumpla «la norma en vigor», mientras los sindicatos advierten de la «imposibilidad real» de acotarlos
En las comisarías vascas temen otra noche de fiesta complicada. Con la hostelería encorsetada a la una de la madrugada y la variante ómicrom desatada, 11.572 casos anunciados ayer, se prevén nuevos macrobotellones como los de Nochevieja. El departamento de Seguridad, que no informa de «operativos policiales concretos», sí asegura que trabaja «para el cumplimiento de la normativa en vigor» en coordinación con las Policías Locales de Bilbao, Vitoria y San Sebastián. Pero sindicatos y fuentes internas advierten de la «imposibilidad real» de limitar estas concentraciones juveniles.
Quizá la adversa meteorología anunciada para hoy limite este fenómeno que rebrota con cada tajo al ocio nocturno. Aemet anuncia lluvia ininterrumpida hasta mañana por la tarde. «A día de hoy ese factor es más relevante que nuestra capacidad de respuesta», asume un veterano de la comisaría de Bilbao, donde el covid se ha cebado con la plantilla.
Según datos oficiales del Gobierno vasco, hay 322 ertzainas de «baja voluntaria» al contagiarse en esta sexta ola del virus llegado de China. El 4,2% de la plantilla. Medios internos, sin embargo, elevan ese número al «10%» de los efectivos. La situación sería «más grave» en Bizkaia que en Álava. De los 80 ertzainas llamados a trabajar en Bilbao durante la Nochevieja, 21 se quedaron en casa al dar positivo o mostrar síntomas compatibles con la variante ómicrom.
Estas bajas se parchean con agentes de libranza llamados a reforzar y con «más horas» por parte de otros policías. La idea es seguir con las actividades básicas «aunque ya no se llega a todo por razones obvias».
Hoy sí se «vigilarán» puntos calientes donde podrían congregarse jóvenes de botellón. En la capital vizcaína, como en ocasiones anteriores, habrá especial atención sobre el parque de Doña Casilda, cuya zona de la pérgola será de nuevo acotada. Pero también las patrullas atenderán a posibles concentraciones en «María Díaz de Haro, Pozas, Iturribide, Uribitarte, Somera, Plaza Unamuno y Jardines de Albia». En Vitoria, el Campus de Álava encabeza los desvelos policiales.
Otro tema es que haya actuaciones en caso de concentraciones etílicas. «Desde hace semanas no se actúa por la sencilla razón de que faltan efectivos. Meter a dos o tres patrullas donde hay cientos de personas no es seguro para nadie y puede degenerar en disturbios», explica un mando policial. En Nochevieja, por ejemplo, uniformados de la Policía Municipal tuvieron que replegarse en Pozas ante una turba que se negaba a dispersarse.
«Policía desactivada»
Desde ErNE, el sindicato mayoritario en la Ertzaintza, insisten en que «necesitamos más plantilla, más formada y con mejores medios, pero es importante tenerla motivada y protegida. Nos referimos a la personación del Gobierno vasco en causas judiciales contra quienes atentan contra los agentes. Lo contrario es una Policía desactivada para hacer frente a desórdenes públicos», remacha Roberto Seijo, secretario general de esta central. En la actualidad, este cuerpo cuenta con «7.597» funcionarios, 400 por debajo de lo marcado por la ley.