Hermelo Molero es quien más sabe de drogas en la Ertzaintza. Lleva dos décadas como jefe del grupo de Drogas de la comisaría de Bilbao y se ha incautado de los mayores alijos en los últimos años, entre ellos dos toneladas y media de cocaína en un barco en Canarias en 2018, en colaboración con la Guardia Civil, 20 kilos de heroína en la Termibús en 2012, y más recientemente, el decomiso de 53 kilos de ‘coca’ en un domicilio tras la detención de un ertzaina corrupto. Además, acaba de autoeditar su segunda novela, ‘Heroína’, basada en la investigación policial de las redes de traficantes del barrio de San Francisco.
Molero ofreció ayer una conferencia en la sede del sindicato Erne, a la que asistieron medio centenar de ertzainas, policías locales y miembros de otros cuerpos, en la que desveló algunos de los secretos de las drogas. «El ‘speed’ es el mayor problema que tenemos en Euskadi y la droga que más me preocupa. Somos el I+D del sulfato de anfetamina. La Holanda del Sur, el centro de distribución», dijo. El suboficial hizo un repaso de las distintas drogas duras y blandas más consumidas y que más persigue la Policía.
«El ‘speed’ es la droga que más tolerancia genera. Quien la consume necesita cada vez una mayor dosis para obtener los mismos efectos, por lo que un consumidor habitual terminará comiéndosela a cucharadas. Por eso es tan peligrosa. Hace estrago en el cerebro», explica de forma gráfica. «Los grandes traficantes no lo quieren vender aquí, sino que lo alejan porque así sacan más rendimiento. Los mayores consumidores son Navarra, Burgos o Cantabria». El ‘speed’ se corta con cafeína y fenacetina, un producto cancerígeno que sirve para matar babosas y que es muy peligroso para la salud», advierte. «Tiene que conservarse siempre en congelador o se oxida».
Respecto a la droga dura más consumida, la cocaína «es el producto estrella para cualquier cuerpo policial porque es la que genera más negocio. Llegan toneladas de ‘coca’ de Sudamérica a Europa y eso supone miles de millones de euros. Procede de Colombia y Perú, aunque la más demandada es la colombiana porque llega «en roca». Una de las formas de entrada son los denominados «contenedores preñados o el gancho ciego». Los traficantes introducen la droga en estos depósitos para que atraviesen el Atlántico, ocultos entre bananas, aguacates y otros productos.
Efecto placebo
La cocaína que se introduce en el mercado es cada vez de más calidad y alcanza ya el 74% de pureza, lo que indica, a su juicio, que la presión policial ha bajado. Se considera notoria importancia, que agrava la pena, a partir de un decomiso de 750 gramos, mucha menos cantidad que en otras sustancias.
La heroína, sin embargo, puede llegar a alcanzar en el supermercado de la droga de San Francisco «un 1% de pureza, lo que quiere decir que el 99% no es droga, sino paracetamol». «El toxicómano que compra una micra consigue más efecto placebo que real». «Es la droga más adictiva. Con cuatro tomas ya estás enganchado. Aunque su consumo ha bajado mucho, ahora estamos teniendo un pico porque se usa para bajar el subidón de la ‘coca’ del fin de semana para poder dormir e ir el lunes a trabajar».
Mientras, «la marihuana ha desplazado al hachís. Su tráfico casi no tiene castigo penal y genera muchos beneficios. La primera vez que le pillas a uno ‘maría’, le va a salir gratis». El ‘cannabis’ «se corta con caucho, estiércol y miel» y «el 90% procede de Marruecos».