"Se ordenó (a los agentes de la Policía Local) que entraran si protección, para no crear alarma. Menos mal que se cubrieron, porque llovieron botellas, vasos, escupitajos y también golpearon los coches patrullas". Así describe el sindicato policial ErNE lo sucedido el pasado día 30, festividad de San Marcial, en la calle Legia de Irun, donde se produjeron aglomeraciones de gente que celebraba el patrón del municipio bidasotarra a pesar que de las fiestas estaban canceladas por la pandemia. "Se presionó al jefe de la Policía Local para que se desalojara la calle porque podría salir en los medios de comunicación estatales, poniendo en peligro a los agentes", denuncian desde ErNe, que asegura que la "falta de agentes y de organización" quedó "patente" durante esas fechas.
Ponen como ejemplo que el domingo por la mañana solo estaban activas "dos patrullas para toda la ciudad", mientras que el día 30 por la tarde "eran cuatro". "Parece que nadie pensó en que la situación se podría desmadrar en unas fiestas, no impulsadas, pero animadas desde el Ayuntamiento", critica ErNE, que acusa de "inacción" al Gobierno del socialista José Antonio Santano.
El alcalde afirmaba recientemente que se había "hecho lo que es humanamente posible" y, desde el punto de vista policial, se han tomado "las medidas, junto con la Ertzaintza, que estaban en nuestra mano". Pero ErNE asegura que la "falta de agentes" es algo estructural y que la "ampliación de la plantilla cada día es más urgente". "Se ha querido cubrir mediante contrato interinos de agentes auxiliares que no tienen competencias policiales", concluye.