Euskadi se enfrenta al fin de semana del verano con mayor acumulación de ‘no fiestas’. El riesgo de que se produzcan botellones y concentraciones masivas de personas sin respetar las medidas de prevención ante el virus, pese a la suspensión de las celebraciones previstas en diversos municipios, ha llevado a la Ertzaintza y a las policías locales a reforzar sus dispositivos de seguridad, en medio de un clima de máxima preocupación.
El sindicato ErNE ha denunciado los llamamientos a los agentes en jornadas libres de forma continuada, con una presión y estrés insoportables, porque la Ertzaintza lleva 18 meses sin condiciones laborales dignas y el Gobierno Vasco no respeta los descansos de los ertzainas.
Además de culpar a los ayuntamientos y al Gobierno Vasco de no buscar soluciones, ha
lamentado que no cierren arenales y parques donde se producen aglomeraciones, pero sí amenacen con mandar a una policía sin personal ni medios a solucionar sus propias
contradicciones, cuando no hacen prevención ni adoptan otras medidas que no sean las
policiales.
Por ello, el sindicato ha trasladado un mensaje claro a todos los policías locales y ertzainas que intervengan frente a los botellones: que aseguren su integridad física. "Tendrán a ErNE para representarles y defenderles ante las decisiones que adopten, y nos personaremos contra quien atente contra ellos y les daremos la asistencia jurídica necesaria".