Los agentes denuncian que el cambio impulsado por el Gobierno a petición de grupos como el PNV les desprotegerá y «generará impunidad»
Las filas de la Ertzaintza no son una excepción en la ola de indignación que ha levantado la prometida reforma de la 'ley mordaza' entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Los principales sindicatos y asociaciones de la Policía autonómica denuncian que la modificación, acordada por PSOE y Unidas Podemos a raíz de una iniciativa del PNV, les dejará «indefensos» y generará «el caos». Todo ello desde el lamento compartido de no haber sido consultados por los partidos para un cambio normativo que algunos representantes no dudan en tachar de «exclusivamente ideológico».
Seis años después de su aprobación gracias a la mayoría absoluta que ostentaba el PP, la Ley de Seguridad Ciudadana sufrirá un auténtico vuelco. Su nueva redacción, que previsiblemente estará lista para finales de año, suprimirá algunos de los aspectos que más polémica generaron en su origen. Sobre todo habrá cambios en temas calientes como los relativos al derecho de manifestación y a los posibles excesos por parte de los agentes policiales. Ellos, quienes harán cumplir ésta como el resto de leyes, consideran que los retoques irán en contra de su labor.
En Euskadi, la oposición de los sindicatos y asociaciones de la Ertzaintza es rotunda. «Si ya se nos protegía poco, ahora aún menos», sintetiza Roberto Seijo, secretario general de ErNE. La central mayoritaria ha convocado una concentración mañana en Bilbao, frente a la Subdelegación del Gobierno, para protestar contra una reforma que «generará impunidad». La marcha estará secundada por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y otras plataformas. El sábado también hay prevista una gran manifestación en Madrid, en este caso promovida por Jusapol, la mayor central a nivel nacional.
El cambio que más polvareda ha levantado es la reducción de seis a dos horas el límite de detención para ciudadanos que no se hayan querido identificar ante la autoridad. «Va a ser imposible. Hablamos de gente que no colabora y el procedimiento es largo, muchas veces hay que cotejarlo con otros cuerpos...», relata Iñaki Uraga, portavoz de Esan. Además, una vez identificado, los agentes deberán trasladar a la persona en cuestión al lugar en el que haya sido detenido, «casi como si fuéramos taxistas».
Veto a las pelotas de goma
La reforma también limitará el material antidisturbios en toda España, un asunto que ya se abordó en la Ertzaintza. Desde 2013, dos años después de la muerte de Iñigo Cabacas, el cuerpo autonómico no utiliza pelotas de goma. Varios han sido los sindicatos que han reclamado su regreso, pero ahora el veto se extenderá al resto del país. «Si las van a retirar, tienen que proporcionar otro tipo de material coercitivo. Ha quedado demostrado que las bolas de foam no sirven para disolver una manifestación y no se puede pretender un cuerpo a cuerpo, que acaba siendo peor», explica Aitor Rabanal, secretario de organización de Euspel.
Seijo, por su parte, pone el foco en otras dos cuestiones. Primero, en que ya no será obligatorio comunicar la convocatoria de una manifestación que se celebre por «imprevistos», como las que tuvieron lugar tras la sentencia del caso de 'La Manada': «No vamos a tener ese paraguas para organizar un dispositivo policial y eso será un riesgo para la seguridad ciudadana». El segundo tema que le preocupa es recurrente: la grabación de imágenes en las que aparezcan agentes. Hasta ahora la difusión estaba prohibida, pero eso dejará de ser así: «Los policías vamos a ser los únicos ciudadanos sin derecho a la intimidad».